jueves, 13 de diciembre de 2012

¿Quién soy yo?

¿Quién soy yo? ¿Soy lo que digo? ¿Soy lo que hago? ¿Soy mis sentimientos? ¿Soy lo que pienso?

No soy mis palabras porque muchas veces mi boca dice cosas, mi mente piensa distinto y mi corazón siente diferente. Tampoco soy lo que hago porque si hiciera algo distinto seguiría siendo yo. Tampoco soy mis sentimientos que pueden cambiar de la noche a la mañana por las diferentes circunstancias. ¿Qu...
ién soy entonces?

Yo soy yo. Lo que siento, pienso o hago es una mera consecuencia de mi ser. Es gracias a que soy lo que me permite experimentar todo eso. ¡Simplemente soy! Todo lo demás es fruto de mis genes, de la educación que he recibido, de la cultura y sociedad en la que he nacido.

¡Simplemente soy! Pero… ¿Quién es ese soy, ese existo? Sí, soy un pedacito de ti revestida de carne, tiempo y mortalidad como el resto de lo creado. Sí, soy un pedacito de ti porque de tu pensamiento fui creada y por tu deseo vuelvo a ti. Porque de tus manos salí y antes de nacer te conocí, mi alma busca regresar para fundirse nuevamente en ti.

Sí. Yo soy yo. Una mota de agua de tu eterno e inmenso océano. No quiero ser gota de aceite que flote. No quiero sobresalir de ti. No quiero ser lo que no soy. No quiero creer que soy gota de aceite y perder mi identidad. ¿Qué hay más maravilloso que ser mota de agua en ese océano que eres tú? ¡Qué pequeños y que insignificantes somos y a la vez tan grandes!

Ayúdame a ser agua limpia. Ayúdame para no convertirme en aceite. Y si alguna vez lo hago, vuelve a limpiarme una y otra vez. ¡Cuida de todas y cada una de las gotas de tu océano!

Pequeña

No hay comentarios:

Publicar un comentario